Vacunas caramelo

Tanto los tardígrados u “osos de agua” como el ámbar, han sido la fuente de inspiración para la producción de la primera “vacuna caramelo”. ¿Quieres saber qué es y qué ventajas tiene?

Las vacunas son un tema de actualidad, pero quizás pocas personas hayan oído hablar de un formato de vacuna que no se inocula mediante jeringuilla y aguja. 

¿Te imaginas que, en vez de recibir un pinchazo, pudieras chupar un caramelo? 

Osos de agua y ámbar, la inspiración para las vacunas caramelo

Tanto los tardígrados u “osos de agua” como el ámbar, han sido responsables de la producción de la primera “vacuna caramelo”.

Los tardígrados son animales acuáticos microscópicos que tienen la capacidad de revivir después de 100 años gracias a un proceso que protege las estructuras de ADN y ARN del animal, recubriéndolas con enzimas de azúcar. 

Son organismos extremófilos (es decir, resistentes a condiciones extremas), con características únicas en el reino animal:

• Pueden sobrevivir en el vacío del espacio.
• Pueden soportar presiones muy altas de casi 6000 atm2​
• Pueden sobrevivir a temperaturas de -200 °C y hasta los 150 °C
• Pueden pasar hasta 10 años sin hidratarse
• Son resistentes a la radiación ionizante.

Por otra parte, el ámbar también tiene la propiedad de conservar el ADN durante millones de años. 

Gracias al estudio de estas características, los investigadores han creado un nuevo tipo de vacuna en forma de caramelo que se conserva a temperatura ambiente y que es sencilla de fabricar. Es la primera vacuna que puede tomarse como un caramelo y no requiere refrigeración ni jeringuillas para ser administrada.

“Gracias a la inspiración y al aprendizaje extraído del estudio del oso de mar y del ámbar, hoy en día existen vacunas que se toman como si fueran un caramelo.”

“La comercialización de este tipo de vacunas ahorraría un montón de residuos contaminantes”

Una solución para los 19,5 millones de jeringas o 143 toneladas de desechos de objetos punzantes

Gracias a la inspiración y al aprendizaje extraído del estudio del oso de mar y del ámbar, hoy en día se abre una vía para minimizar los residuos generados por las vacunas tradicionales. 

La comercialización de las vacunas caramelo no supondría solo un enorme avance desde el punto de vista de la salud pública, sino que también tendría un impacto muy positivo sobre el medioambiente. 

Por poner solo un ejemplo, la campaña de eliminación del sarampión en un país como Filipinas en 2004 logró inmunizar 18 millones de niños en un mes pero generó:

• 19,5 millones de jeringas
• 143 toneladas de desechos de objetos punzantes
• Prácticamente 80 toneladas de desechos no peligrosos: viales vacíos, envoltorios de jeringas, tapas, hisopos de algodón y envases.

La gran noticia es que la vacuna caramelo podría ser distribuida solo con un sobre.

El objetivo es que este nuevo formato de vacunas que se toman como si fueran un caramelo duro puedan comenzar a comercializarse en un plazo máximo de dos años.

Moraleja

A nadie le amarga un dulce.